Vera

La monja almeriense que transformó el mundo llenándolo con escuelas y hospitales

Francisca de Paula Gil Cano está “a un milagro” de ser considerada Santa

Paula de Jesús Gil Cano, fundadora de las Franciscanas de la Purísima Concepción.
Paula de Jesús Gil Cano, fundadora de las Franciscanas de la Purísima Concepción. La Voz
Marina Ginés
13:01 • 03 may. 2024 / actualizado a las 13:04 • 03 may. 2024

Francisca de Paula Gil Cano, es el nombre de la almeriense que fundó su propia congregación religiosa hace más de 120 años. La Madre Paula o Paula de Jesús Gil Cano,-como ahora se le conoce entre sus fieles-, fundó hogares, escuelas, hospitales, residencias para ancianos y personas desvalidas a lo largo de toda la geografía española. Hoy en día cuenta con un legado que sobrepasa las barreras nacionales, las casas de Madre Paula tienen presencia en 3 continentes: Europa, América y África.

Sin embargo, su figura y labor no es quizá tan popular como debiera, ya que su afán no eran los reconocimientos ni los alardes de grandeza. Sin dejar casi que le agradecieran sus actos, la Madre Paula levantaba su campamento allí donde no la necesitaban más y buscaba una nueva causa a la que sumarse con el único objetivo de brindar ayuda a los demás. “Muchas de esas personas a las que ayudó no llegaron nunca a conocer su nombre”, así lo cuentan hoy en día las hermanas de su congregación.

Nació en Vera, allá por 1849,  su familia residía en la calle Coletos. Francisca de Paula, era la pequeña de seis hermanos y su hogar durante muchos años, fue la Casa de Misericordia de Cartagena (Murcia). Con una infancia difícil, marcada por el abandono de su padre, compartió su vida con los huérfanos y así encontró su vocación: la caridad. Dar sin recibir nada a cambio fue lo que impulsó a esta veratense a crear la congregación de las ‘Franciscanas de la Purísima Concepción’ (1901) . El legado de esta mujer valiente que “está a un milagro” de ser considerada Santa por parte de la Iglesia Católica.

En 1995 se abrió en la Diócesis de Cartagena, el proceso para su beatificación, y se clausuró el 11 de octubre de 1997 para su continuación en Roma. El 7 de julio de 2017 el Papa Francisco decretó el reconocimiento de las virtudes de heroicidad de la Madre Paula, proclamándola: “venerable”. Aunque para los devotos de Paula de Gil, no cabe duda: “es una Santa”.

No es para menos, Paula de Jesús Gil Cano, dedicó su vida a ayudar a los necesitados. Allí donde había huérfanos, ancianos desamparados o enfermos...Esta religiosa no titubeaba y se instalaba para ofrecer su ayuda y disposición. La Casa Madre en Murcia, Ondara, Valdepeñas, Almagro, Consuegra, Mora, Herencia, Vera, Madrid...Mozambique, Kenia, Nicaragua, Colombia, Cuba, Panamá, Guatemala, El Sakvadir, honduras, México o Bolivia….son algunos de los lugares donde la veratense dejó o continúa dejando huella.

La congregación de las Franciscanas de la Purísima Concepción luchan hoy para visibilizar la heroicidad de la Madre Paula. Quien estuvo dedicada a esas “pequeñas” cosas que marcan la diferencia, pero que no son consideradas “un milagro”. Éste sería lo único que le faltaría a la Madre Paula para tener la concesión de Santa.

Esta veratense que vivió con lemas tan nobles como el de: “que disfruten los pobres y que sea de mi lo que Dios quiera”, falleció a causa de la tuberculosis en 1913 a los 63 años de edad y tras 33 años de vida religiosa. Sus restos reposan en la capilla del Hospital San Carlos de Murcia y su bondad recorre hoy los continentes de todo el mundo.










Temas relacionados

para ti

en destaque